Porque a través de la formación del profesorado, podemos llegar a un gran número de alumnos y de este modo, aumentar el número y la proporción de personas formadas en RCP en nuestra sociedad. Es una apuesta de futuro, ya que, formando a los niños de hoy, formamos a los adultos de mañana.

Mediante este programa se organiza la formación a la población general. Progresivamente debemos ir consiguiendo que el mayor número de personas posible esté formado en reanimación cardiopulmonar. No sólo los primeros intervinientes, que tienen más posibilidades de tener que utilizar estas técnicas, ni los niños, que son los adultos del futuro, esta enseñanza debe llegar a toda la población. Organizamos cursos para empresas, asociaciones, ayuntamientos y todo tipo de colectivos.

Un aspecto fundamental de este programa es que los ingresos obtenidos por los cursos que se imparte, sirven para financiar el material (muñecos, defibriladores de simulación…) que utiliza el programa escolar y su sostenibilidad en el tiempo.

En la parada cardiorrespiratoria la detección precoz, la llamada al 112, el inicio de maniobras de resucitación, incluyendo el uso del DEA son claves para conseguir la supervivencia del paciente. Cada minuto que se retrasa la asistencia, empeora el pronóstico de la víctima. Por ello, es fundamental que la persona que llega en primer lugar a la víctima, sepa iniciar la cadena de supervivencia y las maniobras de resucitación cardiopulmonar.

Sí. Aunque no necesitas el curso para utilizar un DEA si no perteneces a estos grupos de personas, la formación que vas a recibir te va a permitir saber actuar con seguridad ante una situación de emergencia vital, como una parada o una obstrucción de la vía aérea.

Para mantener la certificación conseguida con el curso de formación inicial, es necesario una formación continuada presencial de carácter práctico, de dos horas de duración, a realizar cada dos años.